El lado positivo
Uno despierta con la duda de "¿por qué me tuve que despertar, si en el sueño mi vida era perfecta?" . Pero sí, abriste los ojos, te tuviste que levantar y repetir la rutina. Vas al colegio dormida como todos los días, esperando con ansias la hora de irte para que puedas ir a tu casa...¿Y para qué querés ir tanto a tu casa? Para dormir. Porque dormir es el minuto en el que te sentís viva, donde realmente disfrutás la vida, y ya es de noche y te está llamando tu mamá para que vayas a poner la mesa para poder cenar. Lo mismo de siempre: "¿cómo fue tu día, hija?", "¿qué aprendiste?", "¿tenés tarea para mañana?", "¿cómo te fue en la prueba?" y todas esas cosas de madre preocupada por vos, que querés ser independiente y lo único que estás pensando es en tu pieza para luego acostarte y poder soñar, pero antes, muchas noches, te pasa que te largas a llorar. Llorás por lo malo que fue tu día, lo infeliz que estás, lo cobarde que te sentís ...