Borrón y juego nuevo!

Tiran los dados. A él le toca corazón. A ella orgullo. Empieza él. Avanza tres casilleros. Ahora es el turno de ella. Avanza al lado de él. Se ríen. La pasan bien. Se miran. Siguen jugando. Reculan. Ella piensa: él avanzó primero, yo segunda, ahora le toca a él. Tiene muchas ganas de avanzar, pero dentro de sus reglas no puede. Él tarda en agarrar los dados. Finalmente los tira. Ella vuelve a respirar, se alivia. Le sale uno en cada dado. Avanza. Ella festeja con una sonrisa en silencio, como para que él no la crea tan importante. Se ríen, pasean, se dicen cosas lindas y siguen jugando. Ella agarra los dados, agita su mano, le toca lo más alto. Avanza doce casilleros. Él se asusta. No puede perder. Él no se puede quedar atrás. Quiere tirar los dados y dejar de jugar a la vez, pero no abandona el partido, hace tiempo. Saca una carta que dice: "Miedo". Se queda paralizado un rato. Mientras tanto se fija si hay un juego más fácil en donde se pueda meter. Uno que pueda ganar, así demuestra su hombría. Un Memotest o un cuatro en línea.
Ella feliz espera todas las noches que él tire los dados. No hay señales y se pone mal. No deja de pensar –
¿Donde estás?- El partido estaba tan emocionante.
En el manual del juego del amor dice que si uno de los participantes se ausenta, su contrincante tiene permitido sacar una carta. Entonces ella, como buena boluda, siguió esperando. Hasta que llegó un día cualquiera, el día en el que se cansó y tomó una carta del pilón
-Avance hasta el final!- .
Ella movió su ficha y cambió el juego. 
Lo último que se sabe de él es que ninguno de los juegos que él probó le gustó más y volvió. Pero ella ya no estaba en el casillero en que la había dejado y no la encontró. El pobre jugador era tan colgado se había olvidado las reglas. Desorientado, tiró los dados y movió su ficha. Le escribió.
Ella había dado por finalizado el partido, pero no se retiró sin antes dejarle una carta en la cima del maso. 
Él se quedó jugando solo sobre el casillero "Tome una carta del pilón". Da vuelta la última carta con olor a ella y lee: " ¡Felicitaciones! A partir de ahora, estás jugando un nuevo juego, el juego del cagón".

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